El muro de Nueva York tiembla

En el siglo XVII Los colonos Holandeses construyeron un muro de empalizada en Nueva Ámsterdam, para defenderse de los ataques de los indios y de los colonos ingleses . En 1699 Los ingleses derribaron el muro. En el sitio en que se alguna vez se alzó ése primer muro los colonos americanos construyeron no sólo una calle sino otro muro. Wall Street es el muro de Nueva York, y no separa dos naciones o dos mundos como lo hizo aquella empalizada o el nefasto muro de Berlín. Wall Street separa a dos clases sociales.

El orden mundial capitalista no fue creado en América, pero Estados Unidos lo preservó de su destrucción durante la segunda guerra mundial, en que a no ser por la intervención Estados Unidos en Europa, el fin del capitalismo habría sido definitivo en el mundo. A partir de entonces la bipolaridad en el mundo encontró sus centros primeramente en Wall Street y segundamente en el Kremlin que dirigía al emergente socialismo.

Después del estrepitoso fracaso del proyecto socialista soviético cundió la idea del «fin de la historia». Ésta sentencia atemorizó y desanimó a muchos socialistas que desde hacía mucho creían que el socialismo podía triunfar país por país, y luchaban para eso. Ahora vemos la prueba definitiva de que la historia no se detiene.

El muro de Nueva York retiembla aun sin que halla un Kremlin amenzándolo con armas nucleares o económicas. Son sus propios defectos y contradicciones las que lo amenazan. Ante la crisis de liquidez, la caída de los índices de cotizaciones, y el quiebre de bancos el gobierno estadounidense ha decidido pagar hasta 700.000.000,00 USD en activos riesgosos, especialmente títulos respaldados por hipotecas, a los bancos nacionales para salvarlos de la quiebra. La mano invisible de que hablaba Adam Smith, que llevaría a los individuos hacia el bien común ha ya no es invisible en absoluto: es la mano del estado que toma la riqueza de los trabajadores y se la da a los capitalistas. Nadie puede ya decir sinceramente que existe o que existió un mercado libre: Siempre existió un estado al servicio de ésos intereses.

Ahora se escucha algo aún más increíble: La administración Bush está considerando una nacionalización parcial de la banca. Para nosotros en México es una historia conocida. El propósito de ésta nacionalización no será poner los activos al servicio del pueblo, sino preservarlos para luego devolverlos a los capitalistas. Así lo hicieron Luis Echeverría y José López Portillo en México, y ésa es la intención segura del establishment en Washington: preservar el capitalismo.

El senador Bernie Sanders explica los problemas del sistema financiero estadounidense.

La economía capitalista ha atravezado varias crisis antes y se ha recuperado, pero nunca antes hubo una crisis global como la que hay ahora. El presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss Kahn, contradijo recientemente a Lula diciendo que ni Brasil ni ningún país emergente es inmune a la crisis financiera, como había dicho el presidente brasileño. La teoría del desacoplamiento, parece menos cierta ahora que países como México o Chile empiezan a resentir la crisis.

Mientras tanto, lo que llena mi pensamiento es la perspectiva histórica del capitalismo mundial. Se dice que las crisis son cíclicas en una economía de mercado, pero puede el ciclo continuar por siempre? Si la respuesta es afirmativa entonces nuestra perspectiva es una eternidad en el capitalismo, por lo menos hasta el fin de la humanidad. En cuyo caso la respuesta obligada es no: el ciclo tiene que terminar o bien con el fin de la humanidad o bien con el fin del capitalismo.

El muro de Nueva York tiembla, pero ¿caerá?